viernes, 8 de marzo de 2013

Cuadras, ¿dónde habéis estado toda mi vida?

No me refiero a las cuadras de animales, eh, me refiero a las de viviendas, a lo que en la tierra de los Bárcenas llamamos manzanas.Los españoles nunca lo hemos usado para ayudarnos en la orientación en la ciudad y estamos desaprovechando un sistema muy útil que aquí en Lima sí han adoptado, imagino que a imagen del que usan los gringos.

El asunto es que al numerar las viviendas lo primero que se hace es poner el número de la cuadra (1, 2, 3, 4, 5...) y después el número de la vivienda. De este modo, si uno vive en la cuadra 3 en el edificio 15, el número de su casa es el 315. Esto implica que los números no son consecutivos jamás, claro. Si la cuadra 3 tiene 10 edificios, el último número será el 310 y la siguiente cuadra comenzará en el 401. Yo vivo en una de las calles más largas de Lima y mi número es el 1760, uséase, vivo en la cuadra 17.

Al principio puede parecer un lío pero cuando lo entiendes, es mucho más útil para saber qué distancia tienes hasta el número xxx de una calle. Es decir, es más fácil imaginarse la distancia que supone andar cinco cuadras que la distancia que suponen 80 números. Esto es porque las cuadras tienden a tener unas dimensiones mucho más similares que los edificios o urbanizaciones. Poniendo un ejemplo de Madrid, caminar veinte números en Malasaña pueden ser cinco minutos pero caminar veinte números en La Moraleja pueden ser dos horas. ¿Me explico?

En fin, que las cuadras hay que importarlas a España pero ya.

jueves, 7 de marzo de 2013

¿La bandera gay izada junto a la peruana? No todo es lo que parece...

La bandera de los siete colores en el Ayuntamiento limeño
¿Es eso la bandera gay ondeando en lo alto del Ayuntamiento de Lima? Qué modernos oficialmente estos peruanos, pensé. Pero no. Resulta que la bandera multicolor que usan los gays como enseña es también nada menos que la bandera inca. Por supuesto, hay controversia sobre sí realmente los incas que los españoles arrasamos tenían bandera o es un invento moderno (aquí explican el asunto), pero no deja de ser chocante que el aguerrido y orgulloso pueblo inca compartiera gusto cromático con el colectivo gay. Melosones ellos.